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Otra de las técnicas fundamentales para la fabricación de piezas es el mecanizado. Hoy en día existen distintos tipos de procesos de mecanizado, los cuales se utilizan para transformar la materia prima en productos. 

Dicho esto, ¿cuáles son las operaciones de mecanizado más comunes? En Idelt, como expertos en esta técnica, te contamos todos los detalles. 

¿Qué es el mecanizado?

Se trata de un proceso sustractivo en el que se emplean herramientas de corte para quitar el excedente de material de alguna pieza de manera controlada hasta obtener la pieza final. Consta de varias etapas, tales como el corte, marcado, prensado, agujereado, entre otras. Generalmente, esta técnica se aplica con metales, aunque pueden usarse otros materiales como madera, plástico, cerámica, etc.

El proceso de mecanizado ha experimentado una mejora gracias a máquinas como los tornos, fresadoras y taladros. La gran mayoría de estas herramientas de mecanizado usadas actualmente se encuentran fabricadas con los fundamentos de las máquinas antiguas, pero se han añadido otras funciones que son de suma importancia para lograr excelentes resultados. 

Mejoras tales como el control numérico, con el que se pueden realizar diversas operaciones de corte en la misma máquina. Posteriormente, con la aparición de distintos materiales para mecanizar, muchos de ellos más duros y resistentes, se ha hecho necesario emplear otros tipos de mecanizados como el mecanizado por electroerosión, ultrasonido y por chorro abrasivo. 

Lo cierto es que, a medida que avanza el tiempo, vemos que se van sumando mejoras para aumentar la productividad sin dejar de lado los acabados de las superficies y también mejoras para reducir la tolerancia y, por consiguiente, la precisión. 

El proceso culmina cuando la pieza reúne todas las características determinadas en los planos para su uso final. 

Ventajas del mecanizado industrial

Ahora bien, en cuanto a las ventajas que ofrece este método podemos mencionar varias. La primera es su gran precisión (baja tolerancia), lo que permite obtener piezas de gran calidad. Es un método funcional, es decir, permite realizar una gran cantidad de piezas en multitud de formas. Se consigue un excelente acabado y textura y se puede realizar con pocas herramientas. 

Adicionalmente, es un proceso sencillo de automatizar y no necesita mucho tiempo de preparación. Por último, es importante mencionar que no cambia la estructura del material, lo que significa que la pieza preserva sus propiedades mecánicas. 

Operaciones de mecanizado

Las operaciones de mecanizado se clasifican en tres, que son el torneado, fresado y taladrado. Aunque, dentro de estas categorías es posible incluir otras como el cepillado, brocado, aserrado, etc. En seguida te contaremos en qué consisten cada una de ellas:

Torneado 

El proceso de torneado se realiza con una herramienta de corte que se mantiene estática, mientras que la parte de trabajo gira. Esta operación conlleva la eliminación de excedente de material y funciona muy bien para mecanizar la parte externa o interna de una pieza.

En este caso, el instrumento de corte opera a lo largo de dos ejes que se mueven, creando cortes con una profundidad y ancho exactos. Algunas operaciones básicas que se realizan con un torno son las siguientes: 

  • Refrentado: el proceso involucra mecanizar la parte frontal de la pieza para de esta manera, conseguir una superficie a 90° con respecto al eje de revolución. Por lo general se usa como un trabajo previo a otras operaciones para alistar la superficie.
  • Cilindrado: se mecaniza en toda la longitud de una pieza cilíndrica, con dirección a su eje de revolución. Con este se consigue una pieza de menor diámetro. Se emplea en diversas operaciones como acabados o desbastes. 
  • Punteado: es una operación auxiliar en la que se mecaniza la forma de punta del contrapunto, para luego adaptar la punta del contrapunto del trono en la pieza. 
  • Desbaste: se corta la mayor cantidad de material para definir la pieza en mayor o menor grado. 
  • Mandrinado: esta operación de cilindrado que se aplica en el interior de la pieza. Para ello, se taladra previamente usando una broca. Con esta operación se agranda un agujero concéntrico. 

Fresado

El fresado es una de las operaciones de mecanizado e involucra el empleo de cortadores giratorios, con los que se quita material de la pieza. Dentro de este proceso existen dos tipos que son el fresado frontal y el fresado cilíndrico.

En el frontal el eje de giro de la fresadora está colocado a 90° con respecto a la superficie de la pieza a mecanizar. Se elimina la mayor parte del material con sus filos periféricos y se afina la superficie fresada con los filos frontales. 

Por su parte, en el fresado cilíndrico el eje de giro de la fresa se ubica paralelamente al área a mecanizar de la pieza. En este caso, la fresa extrae el material con los dientes localizados alrededor de su circunferencia. 

Taladrado

Por último, tenemos al taladrado. En esta operación de mecanizado, la broca realiza o pule orificios dependiendo de su diámetro y profundidad. La pieza es la que realiza el movimiento de corte, gira y se mueve linealmente. El taladrado se puede hacer con taladros, pero también puede hacerse con fresadoras y tornos. 

Es posible aplicar la operación de taladrado de distintas formas, dependiendo de la fuente de alimentación, el soporte al que se encuentre sujeto, entre otros. También se pueden hacer distintos tipos de perforaciones, como la perforación puntual, taladrado profundo, perforado de alta velocidad, taladrado por vibración y el micro taladrado.

Expertos en técnicas de mecanizado

Idelt es la opción perfecta para desarrollar tus productos desde cero. Contamos con diferentes tecnologías de vanguardia con excelentes prestaciones que te ayudarán en el proceso de elaboración de tu producto o pieza. Una de ellas es el mecanizado, por lo que podemos industrializar tus proyectos de manera ágil y efectiva. 

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